Cualquiera puede ser víctima de violencia doméstica. Si bien la mayoría de las víctimas son mujeres, los hombres también lo son. La violencia doméstica ocurre en la comunidad LGBT a tasas similares a las relaciones heterosexuales. Ocurre en las relaciones de pareja entre adolescentes. Cualquier edad, raza, nivel económico o procedencia: la violencia doméstica no conoce fronteras.
Si está involucrado en una relación violenta, no está solo. 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 4 hombres sufren violencia por parte de una pareja íntima a lo largo de su vida (Encuesta Nacional sobre Violencia Sexual y de Pareja Íntima 2010).
Insultos, insultos, amenazas, aislamiento de familiares y amigos, control, juegos mentales, etc.
Golpear, abofetear, patear, tirar del pelo, inmovilizar, estrangular, etc.
Actividad sexual no deseada, exigencia sexual tras una agresión física, lesión en los senos o genitales, prostitución forzada, etc.
No poder trabajar/ir a la escuela, llamar/ir al lugar de trabajo excesivamente, controlar el dinero y las decisiones financieras, tener que ganar un “asignación” para las necesidades básicas, etc.